Siempre me ha llamado la atención esa imagen de Andre Breton en la que se ve la montaña y el mar:..."como se mira a la montaña, al mar; en fin, los espíritus clásicos", y es que solamente aquí arriba en la montaña sentado sobre la hierba en medio del bosque o allá abajo en la ciudadela sentado en una de las sillas de las mesas del bar frente al mar es que me gusta escribir mientras contemplo los altos árboles y la luz que apenas penetra a través del follaje y oigo el trinar de los pájaros y su aletear o escucho el choque de las olas contra las rocas y el silbido de sus aguas cuando besan la arena en su retorno y veo el azul que se une allá al final con las nubes del cielo y entonces las voces interiores que me habitan déjanse oír y tomo el lápiz o la pluma y escribo lo que ellas me dictan que puede ser un niño extraviado caminando por las calles del muelle o un mendigo que rumia su pena sentado en una de las aceras de la ciudad o una caravana de carros de guerra cruzando las calles del desierto acompañados por elefantes y detrás un circo de payasos y una jauría de perros y arriba un águila dando vueltas y las nubes que ocultan el sol y el cielo expandiéndose por el infinito.
lunes, 16 de noviembre de 2009
Saltar la montaña
Siempre me ha llamado la atención esa imagen de Andre Breton en la que se ve la montaña y el mar:..."como se mira a la montaña, al mar; en fin, los espíritus clásicos", y es que solamente aquí arriba en la montaña sentado sobre la hierba en medio del bosque o allá abajo en la ciudadela sentado en una de las sillas de las mesas del bar frente al mar es que me gusta escribir mientras contemplo los altos árboles y la luz que apenas penetra a través del follaje y oigo el trinar de los pájaros y su aletear o escucho el choque de las olas contra las rocas y el silbido de sus aguas cuando besan la arena en su retorno y veo el azul que se une allá al final con las nubes del cielo y entonces las voces interiores que me habitan déjanse oír y tomo el lápiz o la pluma y escribo lo que ellas me dictan que puede ser un niño extraviado caminando por las calles del muelle o un mendigo que rumia su pena sentado en una de las aceras de la ciudad o una caravana de carros de guerra cruzando las calles del desierto acompañados por elefantes y detrás un circo de payasos y una jauría de perros y arriba un águila dando vueltas y las nubes que ocultan el sol y el cielo expandiéndose por el infinito.
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