lunes, 16 de noviembre de 2009

Saltar la montaña


Siempre me ha llamado la atención esa imagen de Andre Breton en la que se ve la montaña y el mar:..."como se mira a la montaña, al mar; en fin, los espíritus clásicos", y es que solamente aquí arriba en la montaña sentado sobre la hierba en medio del bosque o allá abajo en la ciudadela sentado en una de las sillas de las mesas del bar frente al mar es que me gusta escribir mientras contemplo los altos árboles y la luz que apenas penetra a través del follaje y oigo el trinar de los pájaros y su aletear o escucho el choque de las olas contra las rocas y el silbido de sus aguas cuando besan la arena en su retorno y veo el azul que se une allá al final con las nubes del cielo y entonces las voces interiores que me habitan déjanse oír y tomo el lápiz o la pluma y escribo lo que ellas me dictan que puede ser un niño extraviado caminando por las calles del muelle o un mendigo que rumia su pena sentado en una de las aceras de la ciudad o una caravana de carros de guerra cruzando las calles del desierto acompañados por elefantes y detrás un circo de payasos y una jauría de perros y arriba un águila dando vueltas y las nubes que ocultan el sol y el cielo expandiéndose por el infinito.

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