He andado por la ciudad recorriendo sus avenidas de este a oeste y de norte a sur observando sus avisos luminosos de neón y oyendo el sonido de las cornetas de sus alocados automóviles u oliendo las diferentes fritanga o saboreando cuantos frutos se me atraviesan en el camino y sintiendo el smog que se me adhiere a la piel. La noche apenas está apareciendo y los avisos multicolores de neón hacen su presencia en escena. La gente camina en cualquier dirección. En la esquina hacia la que me dirijo me parecía ver un fantasma consultando un letrero con las farmacias de turno. Más allá en lugar de una camisa tirada en el suelo veía a un gato posándose sobre sus cuatro patas. Desde los edificios se observan las ventanas iluminadas y se oye música estruendosa. Las avenidas están adornadas con guirnaldas y adornos navideños. Arriba en el cielo y en medio de la noche, la luna llena de Diciembre hace su aparición en mitad de la ciudad.
lunes, 30 de noviembre de 2009
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